Después de años de trabajo y destacados momentos en categorías menores, Franco Colapinto volvió a subirse a un Fórmula 1 el fin de semana pasado, marcando su debut en la temporada 2025, esta vez con el equipo de Alpine. El piloto argentino tuvo un fin de semana desafiante en el Gran Premio de Imola, pero dejó señales alentadoras sobre su potencial en la máxima categoría.
El sábado, durante la clasificación, Colapinto protagonizó un accidente al perder el control de su monoplaza tras tocar el pasto en una curva. El incidente lo llevó directo contra el muro, dejando daños en la suspensión delantera del auto. Afortunadamente, Franco no sufrió lesiones y pudo reincorporarse a la competencia tras una larga noche de trabajo de su equipo, que logró reparar el auto sin caer en penalizaciones. Así, largó desde la decimoquinta posición.
En la carrera, compartió estrategia (medio-duro-duro) con su compañero de equipo, Pierre Gasly, aunque aplicada en diferentes momentos. En el primer tramo ambos mostraron un ritmo similar. Sin embargo, un Virtual Safety Car en la vuelta 26 cambió el panorama: el equipo aprovechó para colocarle neumáticos nuevos a Gasly, mientras que Colapinto, con neumáticos más desgastados, perdió rendimiento.
Más tarde, quedó atrapado detrás de Lance Stroll en un tren de DRS, lo que lo mantuvo en aire sucio y limitó su ritmo, mientras que Gasly circulaba con mayor libertad. No obstante, en las vueltas finales, Colapinto volvió a mostrar competitividad igualando el ritmo de su compañero con neumáticos nuevos tras el último safety car.
Si bien el resultado final no fue deslumbrante en términos de posiciones, el análisis del ritmo y las circunstancias de la carrera muestran que Colapinto tuvo una actuación sólida en su regreso a la F1. Mostró madurez, velocidad y capacidad para competir de igual a igual con un piloto experimentado como Gasly. Un debut esperanzador para lo que promete ser una temporada clave en su carrera.

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