Mujeres que dejaron huella: Cora Cané, pionera en la comunicación

En la actualidad nos es habitual escuchar a mujeres conduciendo programas radiales, liderando noticieros y marcando la agenda en los medios. Pero hubo un tiempo en que la radio, ese medio informativo que unía al país, estaba dominada por voces masculinas. Durante gran parte del siglo XX, los relatos deportivos, las tertulias políticas y los informativos eran territorio exclusivo de varones. Pero Cora Cané llego para romper con esta hemegonia, la periodista que rompió esa hegemonía sonora y demostró que la comunicación podía tener tono femenino sin perder autoridad.

Foto de Cora Cané

Cora Cané nació en Buenos Aires, en 1946, en el seno de una familia de clase media que soñaba con un futuro seguro para sus hijos. Desde niña sintió fascinación por las palabras y por la magia de la radio, ese medio que hacía vibrar hogares enteros. Esa pasión la llevó a estudiar Periodismo, en una época en la que pocas mujeres se animaban a elegir esa carrera y menos aún lograban llegar a los grandes medios.

Su oportunidad llegó en la década del 70, cuando se incorporó a Radio Rivadavia, una de las emisoras más influyentes del país. El camino no fue sencillo, debió enfrentarse a prejuicios que ponían en duda la capacidad de una mujer para conducir un informativo o tratar temas serios, más allá de las secciones consideradas femeninas como cocina o moda. Con firmeza, carisma y talento, Cora demostró que la solvencia profesional no tiene género. Informaba, analizaba y conmovía con la misma autoridad que cualquier colega varón.

En 1973 marcó un punto clave, se convirtió en la primera mujer en conducir un noticiero radial en horario central, un logro transformó el lugar de las mujeres en la radio argentina. Su estilo claro, cálido y cercano, pero sin perder rigor le ayudó a ganar la confianza de miles de oyentes en tiempos convulsos, atravesados por tensiones políticas y sociales.

Pero Cora Cané no se limitó a la radio. También brilló como escritora, publicando cuentos y novelas donde reflejaba su mirada sensible y aguda sobre la vida cotidiana y los vínculos humanos. Fue además columnista en medios gráficos, consolidando un perfil polifacético que inspiró a las nuevas generaciones de comunicadoras.

Su carrera estuvo marcada por desafíos.

Durante la última dictadura militar, enfrentó la censura y las presiones como tantos periodistas, pero se mantuvo fiel a su bandera de la ética profesional. Con la vuelta de la democracia, continuó innovando y abrió espacios para nuevas voces femeninas, convencida de que la igualdad en los medios debía ser una conquista permanente.

Cora Cané falleció en 2016, pero su legado sigue vivo en cada periodista que hoy tiene roles claves en la comunicación sin tener que pedir permiso. Su voz no solo informó: narró un cambio cultural. Gracias a mujeres como ella, la radio dejó de ser un club exclusivo de hombres y se convirtió en un espacio donde la diversidad de voces es parte de su esencia.

Hoy, cada vez que encendemos la radio y escuchamos a una mujer analizando política, relatando deportes o liderando un programa, resuena el eco de aquella primera voz que se atrevió a desafiar la norma. Porque Cora Cané no sólo comunicó, abrió caminos. Y en cada palabra que viaja por el aire, mantiene vivo su legado.

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